La Evaluación de Políticas Públicas es un término que cada vez es más conocido. De hecho, recientemente ha habido varios artículos en prensa hablando del tema (Por ejemplo en el Español, el 11 de octubre 2020) . Es verdad que lo que públicamente se habla es sobre todo de rendición de cuentas económicas y de conocer el uso de los fondos públicos, pero la evaluación no sólo se dedica al análisis económico. La Evaluación de políticas, va mucho más allá: evaluar es realizar una reflexión sistemática de un plan o programa para valorarlo, y se puede valorar su eficacia en conseguir logros, su eficiencia en hacerlo con el menor gasto, su impacto en la sociedad, etc.
Hoy voy a abordar varios temas que considero esenciales para el desarrollo real de prácticas de evaluación en la administración pública:
Evaluación ex ante versus Evaluación ex post
En el Instituto Andaluz de Administración Pública de la Junta de Andalucía, estamos trabajando, sobre todo, la evaluación ex ante (antes de implementarse el plan o programa). Este tipo de evaluación trata de valorar si el plan diseñado es el mejor plan, en el contexto actual y con los recursos disponibles, para lograr los resultados que se propone. Esta forma de evaluar permite detectar errores, prever alternativas o mejorar los planes antes de haber empezado a gastar recursos.
Otro tipo de evaluación ex ante que venimos realizando es el análisis de la evaluabilidad previa de un plan, que valora si el plan podrá ser evaluado y sugiere mejoras antes de empezar, para garantizar que, en la medida de lo posible, el Plan cuente desde el inicio con los elementos esenciales que permitan evaluarlo.
¿Por qué nos hemos centrado en estos dos tipos de evaluación? Porque hemos detectado que al intentar realizar evaluación ex post (de resultados y de impactos), en muchos casos, no era posible realizarla por no contar con los requisitos necesarios que habrían de haberse previsto ex ante: medición de indicadores de contexto antes de comenzar el plan, diseño de un sistema de recogida de información durante la implementación del plan, etc.
Es decir, con la evaluación ex ante, se ayuda para que la evaluación de resultados sea posible.
Pensamiento evaluativo y competencias profesionales
Las prácticas que hasta ahora se han tenido de evaluaciones de políticas publica, han sido desarrolladas, en muchos casos, por consultoras o por Universidades en la que la administración ha encontrado una forma de resolver esta misión que le compete. Y es verdad que este tipo de entidades cuentan con las competencias profesionales necesarias para abordar este tipo de procesos sistemáticos de análisis de datos que permitan llegar a conclusiones que valoren las politicas públicas y sugieran estrategias de mejora.
Y entonces ¿Dónde está el problema?
Pues la cuestión es que, si la propia administración no tiene un pensamiento evaluativo, si no incorpora la dinámica de la evaluación durante todo el proceso de implementación de la acción pública, lo que va a ocurrir es que muchos de los trabajos que se realicen por externos, por muy bien hecho que estén y aunque incorporen sugerencias y mejoras muy atinadas, no van a ser incorporados como nuevas prácticas de la administración.
Lo que quiero decir es que la evaluación externa se ha demostrado como absolutamente ineficiente para generar cambios (mejoras) en la práctica de la AP.
Nuestra apuesta es trabajar por una cultura de la evaluación en el seno de la Administración y por desarrollar unas mínimas competencias profesionales en el personal técnico responsable de la planificación y evaluación de planes y programas.
Una evaluación mixta pero independiente
Por eso, es crucial cambiar la cultura de evaluación al interno de las administraciones, de forma que se introduzca la evaluación, no como un control externo, sino como un proceso interno de reflexión acerca de lo que ha funcionado, aprendiendo por que ha ocurrido para generalizarlo a otros contextos. Así mismo, es importante analizar que es lo que no ha funcionado y descubrir por qué, para no repetir errores ni malas praxis.
Una evaluación que se realice con el asesoramiento de órganos internos especializados en evaluación y puntualmente con órganos externos especialistas (como consultoras y universidades).
Una evaluación que sea codiseñada, partiendo de las necesidades informativas de la administración, los gestores de los planes y programas y de todos los agentes implicados en la política.
Una evaluación sencilla y con un lenguaje que todos los agentes implicados puedan entender, cuyos informes de resultados sean “traducidos” al lenguaje de las personas destinatarias.
Una evaluación para la mejora, para rendir cuentas y para promover el cambio interno hacia la eficiencia: lograr los objetivos de las políticas con el menor coste social, financiero, de recursos y de tiempo posible.
Mar Herrera, Responsable del Área de Evaluación de Políticas Públicas (EPP) del Instituto Andaluz de Administración Pública de la Junta de Andalucía
En twitter @mherrera1961
Acabo de leer este post de @mherrera1961 sobre evaluación de políticas públicas en el blog de la Asociación de Mujeres del Sector Público. ¡Os lo recomiendo! #mujeresSP #evaluación #eficacia #eficiencia #impacto #AAPPClick to Post—————————————————–
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