El nuevo municipalismo

07/06/2024 6 min 0 Comentarios mujerespublico
Asociación de Mujeres en el Sector Público - El nuevo municipalismo

El municipalismo en España a partir de finales del siglo XX y especialmente a inicios del 2000, ha ido cambiando y se han ido creando unos ayuntamientos cada vez más complejos. Como indica Blanco, Gomà y Subirats (2018), hacia 2000 se inicia un nuevo período que viene dado por la presencia del ámbito local en las redes multinivel, la intensificación de la gobernanza relacional y la entrada en crisis de las estructuras tradicionales de participación.
Actualmente, los ayuntamientos están trabajando en políticas públicas de materias diversas, más allá de las competencias obligatorias, y con alta capacidad de gestión. Esta situación está llevando a un nuevo municipalismo que, para Blanco y Gomà (2016), es un proyecto transformador, de ampliación democrática, de empoderamiento social y de reconexión de las instituciones de bien común.

Municipalismo con dos perspectivas: estructural y agenda

Este nuevo municipalismo puede verse desde dos perspectivas: la estructural y la agenda.
En primer lugar, la apuesta estructural considera que los municipios aumentan su poder como actores políticos, gracias a su transformación en favor de su interdependencia. Es decir, actualmente se está avanzando hacia un mundo en el que los municipios participan de forma equitativa y trabajan para implementar políticas con otros ayuntamientos, o incluso otros gobiernos de diferentes escalas administrativas, como se verá en el caso de la perspectiva de agenda.
Un ejemplo de la dimensión estructural, en este caso de ámbito global, es el Observatorio Internacional de la Democracia Participativa (OIDP). Este ente es una red internacional abierta a todos los municipios, organizaciones y centros de investigación que quieran conocer, intercambiar y aplicar experiencias sobre la democracia participativa.
Probablemente el hecho de que algunos de los instrumentos de participación ciudadana, como los procesos participativos, se hayan expandido a nivel internacional desde la escala municipal ha sido, en parte, gracias al Observatorio Internacional de la Democracia Participativa.
En segundo lugar, la dimensión de la agenda, recae en la creación de una Nueva Agenda Urbana en el Hábitat III (2016) con el fin de crear un futuro mejor y más sostenible, en la que todas las personas tengan igualdad de derechos y de acceso a los beneficios y oportunidades de los servicios que ofrecen los municipios. En la práctica, esto ocurre para que la ciudadanía pueda realizar sus actividades, al menos las esenciales, en entornos sin riesgo o dicho de otro modo, sin exclusión. A modo de ejemplo, que todas las personas puedan acceder, si lo necesitan, a un centro de salud de forma rápida y fácil (que no esté muy lejos, con una carretera no peligrosa…).

Tres dimensiones

La Nueva Agenda Urbana tiene como misión trabajar en tres dimensiones o direcciones:
● Localizar derechos sociales. En primer lugar, reducir la desigualdad ya sea de manera predistributiva (antes de entrar el mercado), como es el caso de la renta básica. En segundo lugar, fortalecer a las comunidades, como a través de los equipamientos de proximidad bajo el concepto de Palacio del pueblo de Klinenberg (2021). En tercer lugar, reconocer la diversidad de género, edad y origen.
● Generar transiciones ecologistas. Tanto desde la perspectiva de la justicia del espacio que pasa por garantizar que todo el mundo tenga una vivienda digna, como la justicia ambiental con una movilidad sostenible, como invertir más en la cantidad y calidad de transporte público.
● Forjar economías comunitarias. Con la creación de economías verdes y cooperativas de proximidad, de cooperación, de colaboración y solidarias, en las que toda la ciudadanía tenga cubiertas las necesidades básicas y exista una apuesta en favor de la transición digital.
Es importante mencionar que, aunque muchas de las políticas públicas que deben aplicarse para dar respuesta a la Nueva Agenda Urbana tienen incidencia en los municipios, esto no quiere decir que las tengan que hacer los ayuntamientos. Como indican Blanco y Subirats (2012) no todas las políticas urbanas (objeto de estudio de los conflictos de las ciudades) son únicamente políticas locales, que además en función del territorio se organizan de forma diferente, en el caso de Cataluña son los municipios, veguerías, comarcas, provincias, entidades metropolitanas, entidades descentralizadas, mancomunidades de municipios y caso especial de Arán. Las políticas locales, sin lugar a dudas, desempeñan un gran papel en las políticas urbanas ya que son las administraciones más cercanas a la ciudadanía, pero no todas las políticas urbanas son competencia de los municipios. Cada vez más la tendencia es trabajar por unas políticas multinivel en las que diversas administraciones participan. A modo de ejemplo, la Ley de dependencia, aprobada en 2006 por parte del gobierno central, se está implementando por parte de la Generalitat de Catalunya y también desde los ayuntamientos.

Nuevos modelos más saludables

Un estudio más reciente, relacionado con la Nueva Agenda Urbana, es el de Nieuwenhuijsen (2020). Este autor considera que la pandemia ha dado paso a la construcción de de nuevos modelos urbanos en los que las ciudades deben ser más saludables, a partir de los siguientes objetivos:
● Ciudad compacta. La finalidad que se desea conseguir es reducir el CO2.
● Supermanzanas. La realización de políticas urbanísticas verdes, reduciendo la contaminación acústica y atmosférica.
● La ciudad está a 15 minutos. Para que las desigualdades se reduzcan, sería idóneo que toda la ciudadanía tuviera los servicios esenciales a un máximo de 15 minutos andando.
● La ciudad sin coches. Para que se cumpla este objetivo, sería necesario invertir en la cantidad y calidad de infraestructuras para el transporte público.
En conclusión, los ayuntamientos están caminando hacia un nuevo municipalismo en el que la gobernanza democrática será clave para sacar adelante políticas públicas, tanto en gobiernos de un mismo nivel, como es el caso del escenario que proporciona el Observatorio Internacional de la Democracia Participativa, como entre administraciones de distintos niveles, como es el caso de la Nueva Agenda Urbana.

Laia Márquez Muñoz

 

Laia Màrquez Muñoz
Graduada en Ciencia Política y de la Administración Pública por la Universidad de Girona y master interuniversitario (UAB-UB-UPF-Escuela de Administración Pública de Cataluña) de Gestión Pública. Estudiante del doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Girona. Trabaja como investigadora en el Grupo de Administración Digital y Electrónica de la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) y es técnica de participación en el COLPIS (Colegio de Politología y Sociología de Cataluña).

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ESCRITO POR Mujeres en el Sector Público

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