Parece que es la palabra de esta temporada con la que todos vamos a ir creando tendencias. La pregunta que yo me hago es, ¿sabremos bajar? Porque ya se sabe, no lo digo yo, si preguntamos a Araceli Segarra o a Edurne Pasaban nos dirán que de la montaña lo complicado no es ir sino volver (sí, que sean dos mujeres es aposta, y hay más, no lo olvidemos). Y yo me atrevo a apuntar, que no solo volver sino volver mejor de lo que te fuiste.
Advertencia, que a ver… si alguien es “gilipollas” pues en la desescalada también, pero igual un poco menos.
Bueno que me voy por las ramas, ¿sabremos bajar?
Porque para llegar arriba nos ha tocado trabajar en equipo y claro, igual ahora nos da por ir corriendo cada uno a su bola y ya verás como va alguien tropieza y prepara una avalancha. Y para ir en equipo hay que tener líderes, no mandones, líderes. Por eso no todos los equipos han llegado igual a la cima.
Han estado los equipos que no habían visto un ordenador en su vida, que su mantra era el de “culo-silla-calentada” es trabajar y que desde luego la palabra conciliación les sonaba como a “chisybmjgjtkmnbmhgs”. Esos equipos salieron tarde, han desgastado a casi todos sus miembros, no han parado de mirar hacia abajo y encima, por la noche al aplaudir solo se les oía quejarse. Sin embargo, esos equipos han tenido fugas. Hace algunas noches vi a 5 o 6 que se cambiaban de equipo.
Se han pasado al de “mira a ver…”, “que igual esto del teletrabajo…”,”¿y si pensamos en que hay que formar a la gente?... que si esto vuelve a pasar…Click to Post Este equipo ha ido lento. Cada paso 100 dudas pero están llegando. Les quedan algunas semanas pero llegarán y con probabilidad bajarán en equipo.
Luego están los equipos alternativos. Duermen juntas y juntos en los campos base pero cada uno va a su bola. Hay quienes llevan en la mochila 3.567 archivadores y el sello con su tinta y tinta de recambio y quienes van con una tablet. Sobra decir quien llega cada noche antes a dormir, ¿no? La parte buena es que han ido quedando archivadores por el camino y con suerte baja solo el sello y como elemento de recuerdo.
Hay algunos más, pero hay uno que me tiene loca. Loca de contenta, claro.
Llegaron el primer día a la cima. Montaron tiendas, camas, gimnasio, una tienda de comida saludable, hacen programas en directo para el resto, tienen biblioteca y no han parado de estudiar. Esta gente llevaba meses o incluso años hablando de dirección y gestión de personas y talento, flexibilidad, formación progresiva y adaptada, teletrabajo, conciliación, desarrollo de las habilidades intrapersonales e interpersonales, corresponsabilidad, eliminación de la brecha digital, integración de la vida personal y laboral, gestión emocional, ciencia y artes, lenguajes de programación abiertos, administración electrónica, medio ambiente, educación basada en el desarrollo biológico y cerebral de las criaturas y todo eso y bastante más aderezado con grandes capacidades de estrategias de comunicación y adaptación de los canales de verbalización de las ideas en función de los sesgos.
Sí, sí, estaban ahí. Yo conozco ese equipo porque ha sido maravilloso ver a todas las MUJERES QUE FORMAMOS PARTE DE ESTA ASOCIACIÓN EN ESE EQUIPO.
Solo tiene una parte mala que al bajar tendremos que irnos a nuestros respectivos equipos, ¿conseguiremos contagiar en el descenso?
Espero queridas amigas que sigamos siendo semilla para el cambio.
Nos queda un descenso complicado y duro, porque al bajar también tendremos que ir cerrando los ojos de quienes quedaron en este camino, el equipo de las HEROINAS y los HEROES.
¿Cogemos mochilas #mujeresdelsectorpúblico? En marcha.
Cristina López Ubierna
@CrisLopUbierna
Como montanyera que soy, has escogido un símil muy acertado, una cima no se alcanza hasta que llegas al campo base